Registrá y capitalizá las emociones que te atraviesan cuando estás por generar un cambio (primera parte)
“Tanto si piensas que puedes como que no puedes, tienes razón” Henry Ford.
No puedo estar más de acuerdo con esta frase que cité y es en función de ella que decidí escribir el articulo de esta semana. Porque estoy cada vez más convencida que el mayor obstáculo con el que nos enfrentamos cuando estamos por iniciar o emprender algo, es nosotros mismos. Qué cachetada al ego, ¿no? Terminamos siendo nuestro propio enemigo y no registramos que los que determinamos que algo sea posible y que suceda, somos nosotros.
¿Por qué? Porque nuestros actos están regidos por nuestras creencias y es a partir de estas creencias que configuramos nuestras decisiones y pasos a seguir. Esto significa que mientras no tengamos en cuenta qué tipo de creencias tenemos y qué estamos haciendo a partir de ellas, va a ser difícil generar algún tipo de cambio.
Y no me refiero a solamente creer que algo es posible (al mejor estilo “tú puedes” solo por el hecho de pensarlo o soñarlo) sino a accionar en consecuencia. Porque querer no es sinónimo de poder. Para poder lograr algo hay que creerlo posible, no solo soñarlo o desearlo. Y si lo creemos posible, trascendemos nuestros miedos, así como los obstáculos que se presenten para acercarnos a aquello que deseamos. En definitiva, creyendo posible lo que deseamos, pensaremos y actuaremos como las personas capaces de lograr nuestras metas.
No lo olvides: de acuerdo a lo que pensamos, sentimos y de acuerdo a lo que pensamos y sentimos, decidimos.
Entonces creo que es momento de empezar a revisar qué tipo de emociones nos están atravesando y en todo caso qué estamos haciendo con ellas o mejor aún, qué podemos llegar a hacer.
Emociones que nos atraviesan cuando estamos por iniciar un cambio
Como son varias y no quiero hacer tan extenso el articulo lo dividí en dos. Aquí va la primera parte:
-
El enojo, la rabia, el descontento
Es lo que nos permite registrar qué es lo que no nos gusta, lo que nos molesta y deseamos cambiar. Sin enojo ni malestar no queda en evidencia el conflicto y por lo tanto no hay movimiento ni cambio posible. La energía que proviene de la rabia puede ser utilizada como motor para generar el cambio que deseamos, es la fuerza que activa la acción. Minimizar o neutralizar el enojo nos convierte en personas frustradas y este estado aumenta en proporción al tiempo que transcurra sin que nos hagamos cargo de aquello que nos molesta. Es importante entonces registrar nuestro descontento sin minimizar el enojo y decidir qué deseamos hacer con aquello que nos generar rabia: permanecer en la queja y la victimización constante o tomar las riendas y accionar en función de nuestros deseos.
-
La culpa:
Y de la mano de la culpa viene el castigo y la concepción (cultural y religiosa) de que somos merecedores o no, de las cosas que nos pasan. Es como si la vida se tratara de ir obteniendo permisos para acceder a lo que deseamos. Como si vivir se tratara de rendir un examen en el que algo o alguien nos está poniendo a prueba de lo que “merecemos o no merecemos” recibir. Particularmente tengo una concepción de la vida en la cual como vengo mencionando, cada uno de nosotros somos los artífices de lo que nos sucede en función de creencias y emociones que nos condicionan a la hora de tomar decisiones. Y sin desconocer el contexto desde el cual partimos y las variables que no dependen exclusivamente de nosotros, todo lo que sigue de ahí en más es producto de lo que elegimos hacer. Sin vueltas. Así de simple y complejo al mismo tiempo, pero ante todo sumamente interesante ya que tenemos en nuestras manos todo el poder para generar lo que deseamos generar.
-
La ambición:
Implica el deseo de crecer, avanzar, progresar, evolucionar, en definitiva, es una energía que nos dirige a la acción constante y focalizada. Y más allá de la mala prensa que tiene la ambición (date una vueltita por el blog y relee el artículo que escribí hace un tiempito sobre este tema) como si se tratara de un defecto o algo de lo que deberíamos huir, la considero una emoción sumamente poderosa y una gran aliada a la hora de emprender, generar cambios, ir en pos de nuestros sueños. Desde la ambición proyectamos y empezamos a hacer realidad nuestros sueños.
Hasta aquí, van las de la primera parte. Te invito a que tengas un poco de paciencia y esperes el artículo de la semana próxima en el cual te contaré cuales son las otras emociones que considero que están presentes cada vez que estás por emprender algo. Y por supuesto, ¡qué hacer para sacarles el jugo!
Mientras tanto, no olvides: Los valores y los principios son nuestra fuente de inspiración, la fuerza y la energía para seguir adelante inclusive cuando pareciera que todo se pone en contra.
¡Hasta el próximo jueves!
Un fuerte abrazo,
María Noel
Ya te descargaste el ebook: “Como desarrollar tu proyecto de vida y cumplir tus sueños más ambiciosos”? Descargátelo ahora aquí!! ¡No te lo pierdas!
Sobre María Noel
Soy María Noel Lucano, empresaria, coach y consultora especializada en ayudar y orientar a personas que desean realizar cambios transformacionales en sus vidas. Mi objetivo es asesorar y brindar herramientas y recursos prácticos a los individuos y equipos que eligen transitar el maravilloso camino que implica liderar sus propias vidas.
Jesús Rodríguez Ortega
Podríamos continuar la lista, el saboteador interno, no aceptar los cumplidos de los demás, postergar, las estrategias inconscientes (hábitos ya adquiridos) de evitación, escape, ceder a la presión social… Un gran tema, con muchos matices. Pero todo cambio, ya sea individual o de un colectivo u organización, al final pasan por un proceso similar. Os dejo un link a un pequeño vídeo (2 minutos) sobre CÓMO GENERAR EL CAMBIO. Un saludo y os animo a seguir en esta línea vuestras publicaciones.
//youtu.be/J-qblTnABzQ
Maria Noel Lucano
Indudablemente , como bien has dicho Jesús, la lista es extensa. Y es fundamental registrar la importancia pasar por el proceso que implica todo cambio. Gracias por tus aportes! Y estaré viendo tu video.
Saludos!!