¿El miedo te está paralizando?
Nacimos en un entorno social y cultural en el que nos acostumbramos a escuchar: “sé fuerte, no tengas miedo”. Pero en ningún momento nos han dicho qué hay que hacer para no tener miedo como si por el solo hecho de recibir la indicación (o la orden en la mayoría de los casos) de: “no tengas miedo” bastara para que mágicamente esta emoción desapareciera.
Por el contrario, lejos de desaparecer, con los años el miedo aumenta si no contamos con los recursos óptimos para elaborar esta emoción y en todo caso convertirla en nuestra aliada. ¿Qué quiero decir con esto? Que el miedo no es un enemigo, sino por el contrario, puede ser un aliado, si sabemos qué hacer con él y en qué cantidad nos conviene conservarlo.
Y cuando digo aliado me refiero a que el miedo nos permite estar atentos, ser cautelosos, controlar ciertos impulsos, observar la situación y el contexto, analizar cuándo conviene actuar y de qué manera. Claro está que todo esto sucede si la cantidad de temor que tenemos no nos desborda ni enceguece. Entonces en definitiva de lo que se trata no es de no tener miedo sino de mantener una cantidad no desmedida, una cantidad que no nos desborde ni paralice y nos permita avanzar en nuestros desafíos. ¿Y cómo lograr esto, te preguntarás?
¿Qué hacer para enfrentar cualquier desafío que te propongas sin que el miedo te paralice?
Aquí te menciono cuatro sugerencias para que apliques cada vez que el miedo te desborda y se convierte en tu enemigo:
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Distinguí el miedo y diferéncialo de la preservación personal:
Es necesario que sepas y puedas cuidarte, estar atento y en estado alerta pero como te mencionaba líneas arriba, no te paralices. Observando lo que sentís como si fueras espectador de lo que te pasa y no el protagonista, podrás tener otras perspectivas y relativizar lo que estás viviendo. Esto te facilitara disminuir la intensidad
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Escuchá a tu cuerpo:
Concentrate en lo que físicamente estas sintiendo. Prestale atención a tu respiración, centrate en el ritmo de la misma, que sea regular y calma. Moviliza tus articulaciones, estírate como si te desperezaras, conectate con tus músculos, tus extremidades, apropiate de tu cuerpo. Salí a caminar. No dejes que los síntomas físicos se apoderen de vos (taquicardia, sudoración, respiración agitada, tensión muscular) y cuida tu propia casa que es tu cuerpo con todo lo que a él le pasa. Detenete en eso que sentís, aceptalo, no lo niegues ni huyas y trabajá sobre las diferentes sensaciones que vas teniendo transformándolas mediante la respiración consciente y el movimiento controlado, en energía para la acción.
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Bancate la incertidumbre:
Aceptá lo desconocido, así como tus propias limitaciones. Y no te enojes con esto. No sos perfecto ni tenes porque serlo. Sos un ser humano al que le pasan cosas como a todo el mundo (aunque no te las cuenten con sinceridad). Aventurate a atravesar nuevos desafíos, territorios desconocidos, vínculos sin garantías y reconoce que, aunque todo esto te genere cierto temor no es imposible avanzar. Solo se trata de hacerlo con cautela, una gran energía y un fuerte convencimiento de aquello que deseas hacer. Que nada ni nadie sea más fuerte que tu propio deseo.
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Buscá ayuda:
Así como no sos perfecto tampoco tenes porque hacer todo solo. Podes pedir ayuda, personas que te acompañen, te motiven, te orienten y te aporten su energía y su claridad para avanzar. Recordá que como digo siempre: solo llegarás más rápido pero en equipo podés llegar más lejos.
Y cuando logres aplicar estas cuatro herramientas, fantaseá con el resultado, con aquello que querés lograr y que estas dispuesto a alcanzar más allá y a pesar del miedo. Siempre intentarlo es mejor que quedarse con las ganas y las dudas de saber qué hubiera pasado si te hubieras animado.
Ahora sí, ¿estás listo para empezar a atravesar los desafíos que te esperan en el camino? Contame que te ha parecido el articulo. ¿Y qué desafío te tiene en estos momentos inquieto, con dudas o ciento temor? ¡Me encantará ayudarte a atravesarlo!
Hasta el próximo jueves.
¡Un fuerte abrazo!
María Noel
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Sobre María Noel
Soy María Noel Lucano, empresaria, coach y consultora especializada en ayudar y orientar a personas que desean realizar cambios transformacionales en sus vidas. Mi objetivo es asesorar y brindar herramientas y recursos prácticos a los individuos y equipos que eligen transitar el maravilloso camino que implica liderar sus propias vidas.
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