6 Claves para detectar a un impostor del coaching
El oportunismo es algo que existió desde que el mundo es mundo y la falta de de profesionalismo, formación, idoneidad y compromiso van de la mano.
Hace años viene imponiéndose de manera vertiginosa una nueva (ya no tan nueva, diría en realidad) disciplina denominada coaching. Disciplina que contiene unas cuantas cuestiones valiosas, efectivas y con capacidad de producir rescatables resultados en las personas y en los equipos de trabajo.
Hasta aquí podría decirse que se ha sumado una importante herramienta para ser aplicable en algunas situaciones puntuales y con personas que posean características determinadas, como por ejemplo que no estén atravesando una crisis de angustia, un duelo, una patología severa o que no hayan hecho en ningún momento de su vida algún tipo de terapia o de proceso que les permita revisar cuestiones profundas de su personalidad.
El inconveniente aparece cuando esta disciplina empieza a circular de manera indiscriminada por el mundo de las capacitaciones y de pronto cualquier persona puede, con una formación breve y básica recibir un “titulo” de coach, que supuestamente lo habilita para trabajar con personas y con las cuestiones que aquejan a estas personas y que desean cambiar en sus vidas. Aparece entonces un desfile de oportunistas que por diferentes variables: ya sea porque ven un negocio en esta disciplina o porque no saben qué hacer con sus tiempos libres y eligen formarse para “transformar” sus vidas y las de otros, o porque piensan y sostienen (ya que probablemente esto es lo que han escuchado) que con una serie de conversaciones se logra arribar a modificaciones en la personalidad y la esencia de los individuos.
A favor de todo lo que suma, pero en contra de todo lo que “vende humo” y genera falsas expectativas, considero indispensable señalar cuáles son las características que te permitirán detectar a un sujeto que se denomina coach y que no cuenta con la formación y la idoneidad necesarias para trabajar con personas de manera responsable y sin poner en riesgo el equilibrio emocional y psíquico de quien tiene enfrente.
Cómo detectar a un impostor que se dice y considera un profesional del coaching
Estas son las seis claves a detectar para que estés atento y te apropies de tu derecho a elegir con qué tipo de profesional deseás trabajar
1 – Escasa o nula capacidad de escucha
Condición sine qua non para quienes trabajan con personas: poder escuchar el malestar de quién está del otro lado, qué le pasa, que quiere, qué piensa y siente y que le está impidiendo lograr lo que desea lograr.
2 – Cero empatía
Es decir, imposibilidad de sensibilizarse por lo que al otro le sucede y comprender qué es lo que está atravesando esa persona, que acudió a una consulta por algún motivo puntual (que inclusive muchas veces desconoce cuál es)
3 – Alta dosis de soberbia y/u omnipotencia
Considerar que tiene todas las respuestas y pretender darlas, como si de consejos se tratara de la vida. Y el hecho de que a alguien le haya resultado efectiva una decisión o una acción específica no quiere decir que a otro también le resulte. Esto implicaría desconocer que todos somos seres diferentes y singulares que si bien compartimos ciertas generalidades como seres humanos, poseemos historias, vivencias y realidades diferentes. Esto es, justamente, lo que nos hace únicos e irrepetibles
4 – Forzado optimismo
El “tú puedes” y “sólo hazlo” pasa de ser una frase motivacional a una imposición un tanto ingenua y necia. Ya que no registra que no todas las personas contamos con las mismas herramientas, ni recursos ni venimos de los mismos lugares. Nuevamente esta postura no registra las individualidades y no respeta las diferencias.
5 – Contar con un manual de frases hechas
Y repetirlas hasta el hartazgo, como si trabajar con seres humanos implicara trabajar en serie. Si bien la motivación es un factor indispensable para cualquier actividad que se decida emprender, ya sea un trabajo, un proceso terapéutico, una mudanza o un programa de coaching, no a todo el mundo le es efectivo el mismo tipo de intervención. Es decir, con frases motivacionales de un taller de fin de semana, no se resuelve un problema de base ni se modifican actitudes o conductas que se han venido desarrollando durante años.
Todo cambio requiere de un esfuerzo, de un trabajo y de un cierto tiempo que será diferente para cada persona.
Y esto es importante tenerlo en claro como profesional: el desarrollo de la motivación implica un trabajo más profundo que repetirle constantemente frases al consultante o coachee, del tipo: “Si piensas que puedes o no puedes estas en lo correcto”, “Si quieres cambiar el mundo cámbiate a ti mismo”, “Si querés podés”. En definitiva, descontextualizar a la persona con la que se está trabajando y no registrar la “mochila” con la que viene (su historia, su recorrido, sus paradigmas, sus capacidades y sus recursos o la ausencia de éstos) termina siendo un trabajo en serie al mejor estilo de: “que pase el que sigue” que no respeta la subjetividad y la singularidad de quien se tiene enfrente.
6 – Escudarse en las certificaciones de determinadas instituciones
¡Como si de acumular certificados se tratara! Si bien estoy a favor de la formación y capacitación constante en el área en que cada uno desea desarrollarse y lograr un nivel de excelencia, considero que de la mano de la capacitación es fundamental la experiencia y el recorrido personal que uno puede realizar. Postularse como un gurú de la comunicación quien no es capaz en sus ámbitos laborales y/o personales de aplicar ni un cuarto de lo que pregona, deja en evidencia la incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace y en todo caso, la farsa de lo que está transmitiendo y/o enseñando.
Claramente los intereses personales de hacer negocios, generar dinero relativamente rápido, sentirse profesional en algo, estar a la moda con lo que resuena en el mercado y/o percibirse importante al creerse capaz de “ayudar” a resolver la vida del otro, lleva a muchas personas a introducirse en este mundo del coaching, sin terminar de registrar el compromiso y la responsabilidad que significa trabajar con personas y más aún, con el dolor, el malestar o la frustración del otro.
No olvides que siempre tenes el derecho y obviamente la responsabilidad de elegir con qué tipo de profesional vas a emprender el camino que querés emprender.
Por eso mismo, más allá de la ilusión y las expectativas que tengas de generar cambios en tu vida, sabé que depende en gran medida de vos, elegir con quién vas a realizar ese camino. Que no sea la ansiedad por obtener resultados inmediatos (que no terminan siendo reales) lo que te lleve a caer en manos de un impostor del coaching, con quién solo obtendrás un gran malestar y una pérdida de tiempo, dinero y energía.
Un coach verdaderamente profesional sabe que el crecimiento y el desarrollo para abordar a la excelencia en lo que hace, implica un proceso metodológico que lleva años y que a su vez requiere de otros tipos de formaciones y de trabajos en lo personal, consigo mismo. Es esto lo que lo diferenciará de un impostor o de un embustero.
María Noel Lucano
¿Estás listo para encontrarte con tu propio deseo e ir en pos de tus metas, más allá de todo y a pesar de todo?
Te invito a que conversemos sobre esto:
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Sobre María Noel
Soy María Noel Lucano, empresaria, coach y consultora especializada en ayudar y orientar a personas que desean realizar cambios transformacionales en sus vidas. Mi objetivo es asesorar y brindar herramientas y recursos prácticos a los individuos y equipos que eligen transitar el maravilloso camino que implica liderar sus propias vidas.
Alejandra Contreras
Gracias por este post
Y teconsulto Maria, has escuchado hablar de AxonTraining? Que opinion tienes de esta institucion? Gracias!!
Maria Noel Lucano
Hola Alejandra, te comento que la he escuchado nombrar en publicidades pero no conozco nada acerca de esa institución, ni como trabajan ni profesionales que se hayan formado ahi. Preguntas por algo en particular?
Saludos!!
Noel