Tips para no tirar la toalla cuando no estás logrando lo que querés lograr
¿Qué sentís cuando no obtenés resultados inmediatos en aquello que emprendiste ya sea que se trate de un trabajo, un negocio o un estudio?
¿Sos de los que deciden tirar la toalla? ¿O te planteás un plan B?
Es muy común sentirse desmotivado apenas observamos que aquello que nos hemos propuesto lograr, no lo conseguimos en el tiempo y la forma en que lo soñamos, ¡pero no desesperes!
Todos en algún momento hemos sentido que estamos lejos de alcanzar nuestras metas y si bien no es la más linda de las sensaciones obviamente, tampoco tenemos que sentir que es el final y que no podemos re direccionar nuestro camino en pos de aquello que deseamos.
Para poder re pensar como continuar, te enumero una serie de tips que yo misma utilizo y me son sumamente efectivos a la hora de plantearme cómo avanzar.
1 – Objetivos y plazos
En primer lugar, tener claro qué tipo de resultados querés o esperás ver y en qué plazo.
Es fundamental, para poder hacer un análisis objetivo y criterioso, tener en cuenta qué aspectos son los que vas a utilizar para evaluar tus resultados ¿cómo podés saber si te está yendo bien o no? ¿Qué son para vos, resultados inmediatos? ¿En qué los basas?
Medir tus resultados implica considerar tiempos, es decir, un corto, un mediano y un largo plazo.
Aquí es importante plantearte qué es factible de lograr en un primer tiempo y que es esperable que ocurra más adelante. Lo que está claro es que tiene que haber algún avance y tenes que determinar antes de empezar, qué tipo de avance vas a considerar, pero aquí insisto en que por avance me refiero a algo que posible de ser logrado. Si por ejemplo te propusiste cursar y rendir ocho materias este cuatrimestre en paralelo a tu trabajo y sin descuidar otros aspectos de tu vida (como ir al gimnasio, salir con tus amigos, estar con la familia, etc.), esperando que te vaya bien en todas las materias, la lógica me lleva a pensar que, o tendrás que vivir estudiando gran parte de las horas del día durante todo el cuatrimestre para lograr esto sin poder descansar en ningún momento, o lo más probable es que no puedas aprobar todas esas materias en este periodo.
En resumen, las metas que te propongas además de poder ser medibles tienen que ser realistas en cuanto a los tiempos y las posibilidades. Y con esto no quiero decir que nos seas ambicioso ni te propongas retos difíciles sino al contrario, lo que quiero decir es que seas realista, concreto, metódico y perseverante para llegar realmente lejos. Que tu proyecto no termine siendo boicoteado por vos mismo.
2 – Pensar en frio.
Tomar decisiones cuando estas desesperado no es nunca una buena idea. Lo ideal es ponerte un límite de tiempo, un período de prueba tras el cual si no has cumplido los objetivos planteados (¡realistas!), no has visto progreso alguno y no ves más alternativas, entonces te podés plantear si es hora de abandonar tu proyecto
Lo que está claro es que, en general, las cosas no son fáciles, hay que ser perseverante, tener claro lo que querés, qué resultados esperas, cómo medirlos y hasta qué punto podés llegar. Para eso es necesario contar con un plan antes de empezar, saber qué resultados medir y poder tomar decisiones sin dejarse llevar por la desesperación.
Si por ejemplo decidiste iniciar un emprendimiento en el que has invertido dinero y tiempo para llevarlo a cabo, lo que tendrías que hacer es diseñar un nuevo plan de negocios, revisar cuestiones como a qué tipo de mercado le estas ofreciendo tu servicio o producto, si realmente hay una demanda de lo que ofreces, de qué manera lo estas ofreciendo, etc. Tener un plan de antemano es fundamental, pero si no funciona, poder rehacerlo o modificar algunos aspectos en el camino, es un recurso necesario para no dejarte llevar por la frustración, la angustia o el enojo que muchas veces nos lleva a querer tirar todo a la basura.
No olvides lo siguiente: si algo no funciona, cambia el plan, pero no la meta
3- No dejarse llevar por las críticas ni las comparaciones.
Ambas odiosas, tanto las críticas como las comparaciones, nos posicionan en un lugar sumamente incómodo que nos quita poder.
No debemos permitir que el comentario de otro o la diferencia entre lo que otro haya hecho y lo que uno ha logrado, nos estanque y nos debilite. Todos somos seres diferentes y aunque nos sucedan cosas similares no siempre contamos con los mismos recursos o posibilidades tanto físicas como psíquicas, emocionales, materiales y económicas. Por lo tanto, la manera en que nos paramos ante lo que nos sucede es completamente singular, es decir, única y particular. Una cosa es tener referentes o modelos que nos sirven de incentivo y guía y otra cosa es descuidar y desconocer las diferencias entre lo que nosotros somos, lo que podemos llega a hacer y lo que el otro ha logrado.
Nutrámonos con las diferencias y utilicemos ese poder que nos brinda el hecho ser únicos.
Ahora, te toca a vos; contanos que situaciones has vivido en las que te sentiste frustrado y quisiste abandonar lo que te propusiste. ¿Utilizaste algún recurso o estrategia para no tirar la toalla? ¡Compartí con nosotros tu experiencia! ¡Me encantan los debates!
Y gracias, ¡muchas gracias por estar ahí todas las semanas!
Un fuerte abrazo
María Noel
Deja una respuesta