SOY EMPRENDEDOR: ¿QUÉ TENGO? ¿QUÉ ME FALTA?
“Un emprendedor no se hace en una escuela de negocios. Nunca.
Emprender es un acto emocional”.
“El verdadero emprendedor no necesita motivos externos. Lo hace por sí mismo, tiene que ver con su carácter.”
Toda persona que tiene la habilidad para pensar y hacer cosas por fuera de cualquier sistema convencional es un emprendedor. Toda persona que ha llegado lejos o a su sueño personal con respecto al lugar desde donde partió, es un emprendedor exitoso.
Los expertos en el tema hablan acerca de las características que no pueden faltar en un emprendedor: Una de ellas es la Ilusión que es el combustible, la energía para emprender. Tener la ilusión de crear algo, de hacer algo. Es un estímulo interno que juega a veces con nuestros sentidos y con nuestro juicio.
Sumamente importantes son la Creatividad y flexibilidad: poder tener la capacidad de ver las cosas de manera poco convencionales. Ser original, único, lo cual supone cierta sensibilidad. Y ser flexible, permite ser capaz de tomar caminos alternativos a los que se pensaron originalmente. No empecinarse en una idea teniendo una postura rígida.
Distinciones netamente del emprendedor son la Iniciativa, la curiosidad y la audacia: están impulsadas por el entusiasmo de la persona que desea descubrir, resolver problemas, salir del mundo conocido y de la famosa “zona de Confort” que tiene sus riesgos.
También es necesaria la Voluntad es decir, tener energía, suficiente control y dominio de sí mismo para pasar de la idea clara y objetiva con Persistencia para la realización del fin que se persigue.
Todos los casos de emprendedores que llegan a sus metas, presentan un Espíritu luchador y una Capacidad de resistencia que se opone a los obstáculos y se impulsa a la lucha “desobedeciendo” al NO.
“La mayoría de las personas fracasan porque les falta la persistencia para crear nuevos planes que reemplazan aquellos que no funcionan”. Mark Víctor Hansen “Sopa de pollo para el alma”
Todo esto antes mencionado, debe posarse en una Confianza en sí mismo que es la seguridad de saber que soy capaz de lograr lo que me propongo. Sabiendo dónde están mis puntos fuertes y débiles.
Mi invitación es poder observar cuánto te conoces a ti mismo, y observar qué características posees y cuáles sería interesante adquirir, o cuáles serían los puntos de mejora.
Gabriela Arismendi
//grafologiabsas.com.ar/
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