¿Sabes cuál es tu vocación? Aspectos claves para detectarla
Probablemente desde pequeños hemos escuchado hablar de la vocación, de lo importante que es tener una y que cuanto antes sepamos cuál es, mejor nos iría en la vida, dando por sentado que es algo que naturalmente se descubre, sin conflictos, crisis o cuestionamientos. Lo que no nos han dicho, seguramente, es que en algunas ocasiones, detectar cual es la vocación o, me permito llamarla de otra manera: la misión que tenemos en la vida, implica atravesar momentos de confusión, dudas, incertidumbres y hasta inclusive angustia o enojo.
Registrar que es aquello que nos gusta, nos apasiona, nos resulte más fácil o agradable llevar a cabo y poder barajar la posibilidad de hacer de eso, algo rentable, que nos permita generar dinero para vivir el resto de nuestras vidas, no es algo sencillo y que se descubre o define en un día.
La vocación es la inclinación que podemos tener por cualquier estado, carrera o profesión y claramente se relaciona con los deseos, anhelos, gustos, intereses y aptitudes. Implica descubrir y conocer quién soy, cómo soy y hacia dónde me quiero dirigir. Esto se logra tras un proceso complejo y diferente para cada persona.
Esta inclinación no es innata, es una construcción interna en la cual influyen ciertas variables: la historia familiar, el entorno socio cultural, la experiencia educativa y la imagen que se tiene de uno mismo.
La vocación es aquello que nos llena, nos genere satisfacción y bienestar al punto de sentir que no necesitamos nada más y llegar a este punto requiere de un trabajo interno.
¿Cómo descubrir entonces, cual es nuestra vocación? ¿Qué es lo que necesitamos tener en cuenta?
La vocación se elige, ya lo hemos visto, y en esa elección influyen determinadas variables. Es fundamental conservar una sana predisposición emocional en la cual el conformismo no entre en juego y sí, en cambio, la ambición y el deseo de crecimiento y de trascender. Los talentos y cualidades son elementos necesarios para el desarrollo, progreso y logro de objetivos. Y por último, pero no menos importante, lograr incluir la vocación y el proyecto personal en un proyecto de vida constructivo en el cual lo social, los otros, estén de alguna manera involucrados y por ende beneficiados con la elección personal, de manera que esta no deje de ser algo meramente egoísta. Ejemplos de esto son los médicos ofreciendo sus servicios, el artista brindando su arte a la comunidad, el docente enseñando a pensar, etc.
En resumen, detectar cual es la vocación que tenemos, requiere de un camino, de un proceso y de un trabajo personal que nos permita decidir con honestidad quienes somos, cual es nuestro deseo y hacia donde queremos dirigirnos con el mismo.
Ahora te toca a vos: contanos ¿cuál es tu vocación? ¿Ya la descubriste? ¿Qué estás haciendo con ella? O ¿qué estás haciendo para descubrirla?
María Noel Lucano
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