¿Qué emociones y conductas nos predisponen positivamente para llevar a cabo determinadas acciones? ¿Somos consecuentes entre lo que sentimos, lo que hacemos y lo que queremos generar?
Cuando nos proponemos realizar algo, concretar un proyecto, cumplir un deseo, nos atraviesan diferentes emociones que van desde la adrenalina, la ansiedad, el entusiasmo, la alegría, hasta el temor, la inseguridad, el pánico y la creencia de que no será posible llevarlo a cabo.
Sabemos que todas estas emociones en algún momento formaran parte de nuestro camino, lo que no tenemos probablemente del todo claro es el nivel de influencia que pueden tener los diferentes estados de ánimo en el hecho de que podamos finalmente ejecutar nuestro proyectos o no.
Un factor que a mi criterio es fundamental es la actitud, que tiene que ver con cómo nos relacionamos con los demás, como nos relacionamos con los obstáculos y en general con todo lo que nos va sucediendo.
Es importante que registremos el nivel de coherencia que adoptamos entre lo que deseamos y decimos que queremos realizar y la actitud que tenemos ante los hechos que vamos atravesando.
Un claro ejemplo en el cual queda en evidencia cual es nuestra actitud durante un proceso, es ante los obstáculos que se nos presentan. Podemos tomarlos como desafíos que nos indican que la manera en que estamos realizando algo no es eficiente en ese momento y es necesario por lo tanto introducir un cambio.
Podemos elegir ver el obstáculo como un indicador en vez de tomarlo como un enemigo. Indicador de que es momento de reflexionar sobre lo que venimos realizando y tomar nota de aquello que no está funcionando. Es importante escuchar y observar lo que no está sucediendo y cuál es el motivo por el que se nos presenta un problema en el camino.
Conectarnos con lo que sentimos, con lo que vamos percibiendo, nos permite accionar sobre esto y nos predispone a llevar adelante los cambios que necesitamos ejecutar en determinados momentos.
Si bien no podemos tener un control sobre todo los que nos sucede, somos responsables de elegir qué actitud queremos y elegimos tomar ante lo que nos pasa.
Amigarnos con la posibilidad de cambiar, nos permite ser flexibles y adaptarnos con efectividad a las circunstancias.
Permitámonos “bailar” con las circunstancias y exprimamos nuestra creatividad teniendo en cuenta que cualquier proceso que decidamos atravesar en la vida esta mas lleno de incertidumbres que de certezas y la clave justamente radica en aceptar las incertidumbres como parte inevitable y natural de cualquier camino que emprendamos.
María Noel
Deja una respuesta