¿La culpa y el agobio te tienen paralizado? Dejá de ser la víctima ¡y empoderate!
Es probable que en algunos momentos del año, el cansancio generado por la suma de actividades que llevamos a cabo, se termina transformando en agobio. Y el agobio, esa sensación de agotamiento extremo, falta de energía, de no resolución posible, de “nunca acabar”, en muchas ocasiones, termina causando culpa.
La culpa aparece cuando nos sentimos en falta, en deuda, es decir, cuando creemos que no estamos haciendo todo lo que tendríamos que hacer, cumplir con todo lo que nos habíamos propuesto y llegar a los niveles de excelencia que nos planteamos desde un principio.
Inmersos como estamos, en una sociedad en la cual pareciera que la perfección es posible y estamos “fallados” si no logramos alcanzarla, este paradigma que tenemos acerca de cómo debería ser nuestra vida, se encuentra muy lejos de aquello con lo que nos encontramos día a día, en todos los ámbitos en los que nos desarrollamos (laboral, afectivo, familiar, estético, social, académico, económico, etc.).
El mandato social y cultural suele tener tanto peso, que en lugar de reflexionar sobre la coherencia entre lo esperable y lo que realmente podemos hacer, este análisis se nos pasa por alto y lo primero que surge en nuestra cabeza es la culpa y el malestar.
Consideramos que somos poco inteligentes, eficaces, hábiles, buenos o capaces como para poder hacer todo lo que nos planteamos y además, hacerlo bien.
La culpa nos estanca, nos martiriza, nos tortura, no nos permite pensar con claridad y perdemos la objetividad necesaria para poder distinguir hasta dónde podemos y hasta dónde no. Nos impide aceptar nuestras limitaciones sin que eso eso implique sentirnos “menos ” y dejar de querernos.
El desafío está en aceptar que no somos perfectos ni nunca lo seremos, sencillamente porque la perfección no existe, porque la vida se trata justamente de una cantidad de sucesos imperfectos, vividos por seres humanos imperfectos, con errores y aciertos, que intentamos hacer las cosas de la manera que nos parece mejor pero que eso no siempre es garantía de que las cosas salgan bien.
De eso se trata vivir y de eso se trata crecer. El hecho de poder aceptar lo que somos y cómo somos, con nuestros errores y “fallas” así como con nuestros aciertos y fortalezas.
Conocernos en profundidad nos permitirá saber qué somos capaces de hacer y qué no, o en qué momentos podemos hacer algo y en qué momento nos conviene posponerlo.
Ese es nuestro trabajo y ahí está nuestra responsabilidad, lejos de la culpa, del malestar contante y del agobio que nos impiden evolucionar y ser lo que genuinamente deseamos SER.
Apropiate de la maravillosa sensación que solo te genera el poder ser lo que querés SER y hacer lo que deseas hacer.
Me encantaría leer tus opiniones y comentarios. Y te agradezco una vez más, por estar ahí del otro lado todas las semanas.
María Noel
karina
Me encanta leerte y quiero ponerlo en práctica y me está costando bastante ….Gracias siempre por la enseñanza besos
Maria Noel Lucano
Gracias por tus elogios! Me alegro que te guste lo que escribo. Y no olvides que una de las claves para lograr lo que deseas es ser paciente y perseverante. Adelante con eso! Saludos! Noel