Si bien estamos comunicándonos todo el tiempo, ya sea verbal y no verbalmente, no siempre somos conscientes ni tenemos registros acerca de lo que el otro o los otros, han recibido, decodificado e interpretado en torno a nuestro mensaje y nuestro discurso.
Vivimos en un mundo en el cual constantemente recibimos y otorgamos todo tipo de información y muchas veces creemos que eso significa comunicar, cuando en realidad eso solo se trata de transmitir y/o compartir información.
Comunicar implica generar un circuito que implica un ida y vuelta, circuito en el que están involucrados no solo el discurso, el lenguaje, sino también el cuerpo, lo gestual, la postura, los movimientos que realizamos con nuestro cuerpo así como también el vestuario que decidimos llevar puesto.
Ahora bien, teniendo en cuenta la cantidad de variables en juego en el momento de mantener una conversación con el otro, ¿qué tenemos que considerar para poder llevar a cabo una comunicación efectiva y eficaz?
Mencionaré tres puntos que a mi parecer son los más relevantes:
- En primer lugar detectar si nuestra postura, nuestra gesticulación, el movimiento de nuestro cuerpo hasta inclusive el ritmo de la respiración, es coherente con nuestro lenguaje y el discurso que estamos transmitiendo.
Por ejemplo, si estamos hablando de la posibilidad de ser flexibles, negociar y llegar a un acuerdo con el otro, no sería coherente que lo transmitamos con los brazos cruzados o las manos en los bolsillos, así como tampoco manteniendo una respiración agitada que denota ansiedad o nerviosismo.
Es importante mantener una alineación entre todas las variables que están en juego en la comunicación.
Seleccionar una vestimenta con un color fuerte será algo más óptimo en un encuentro que tenga la intención de generar un impacto mientras que no será la adecuada en una entrevista de selección de personal.
- Focalizarnos en el orden y la claridad de lo que queremos comunicar es otro punto importante y que no siempre es tenido en cuenta.
Una cosa es la espontaneidad y otra es el desorden, que lleva muchas veces a perder el hilo en la conversación y salir del tema central en el que queremos hacer eje.
Tener en cuenta a manera de lista para chequear como si fuéramos al supermercado, cual es el tema principal sobre el que queremos conversar y cuáles son los subtemas que se desprenderán del mismo.
Podemos desviarnos del punto central en algún momento pero si tenemos en claro nuestras prioridades en esa conversación, volveremos con mayor facilidad al foco del dialogo.
- Último punto y pero no por eso menos importante, (de hecho aunque lo menciono último considero que es el más importante de todos), es el hecho de chequear que es lo que ha escuchado el otro.
Poder preguntarle que entendió de lo que se le dijo, que pudo interpretar y decodificar, es la base para evitar ruidos y malestares en toda comunicación.
No podemos hacernos responsables de lo que el otro decide interpretar, pero sí tenemos que ser responsables de la claridad, el tono y el respeto con el que transmitimos y comunicamos nuestras ideas, nuestras opiniones y nuestro saber.
Si pudiéramos lograr tener conciencia al menos de estas tres variables que menciono en esta ocasión, probablemente podremos sostener conversaciones fluidas y efectivas generando la satisfacción que aporta un contacto positivo y nutritivo con el otro.
Y ahora es tu turno, contanos ¿qué medidas o pautas tenés en cuenta para comunicarte con el otro? ¿Cómo sentís que son tus conversaciones? ¿Llegás a los resultados que deseás en ese intercambio?
¡Me encantaría que compartas tu opinión!
Que tengas una excelente semana.
Lic. María Noel Lucano
Viviana
Como se hace para preguntar al otro,si le queďó claro lo que le dijiste y que no nos digan.( entendí,crees que soy tarado?
Sabiendo que interpretó la que a él le convenia.