Empezando a prepararte para el próximo año
Ya estamos nuevamente por empezar a transitar un año diferente, con todo por delante para hacer.
Probablemente ya estamos realizando balances del año que dejamos atrás y nos hemos propuesto planes y objetivos a cumplir en este periodo que nos espera transitar.
Pero, para ir al grano, ¿somos conscientes de cuánta capacidad de focalizarnos y centrarnos en el logro de nuestras metas tenemos?
¿Sabemos cuán productivos podremos realmente ser? (aclaro lo de “realmente” porque se trata de no seguir ´pensando en términos ideales sino reales y concretos).
Y en todo caso, si cuando revisamos hacia atrás nos damos cuenta que en general se nos hace dificultoso concretar lo que nos proponemos, ¿registramos donde está el conflicto, el problema o aquello que nos obstaculiza cumplir nuestros sueños planteados?
Muchas veces el problema está en la falta de una planificación que nos guía y nos permite hacer foco. Sin plan es difícil accionar en consecuencia y eso genera que nos diversifiquemos con mayor facilidad, que cualquier cosa nos distraiga o que terminemos siempre teniendo la sensación de que vivimos “apagando” incendios, abordando lo urgente pero no teniendo ni margen de tiempo ni energía para centrarnos en lo que realmente es importante.
En varias ocasiones lo que solemos hacer es postergar, procrastinar lo que tenemos que hacer y atrás de eso generalmente hay un temor de “hacerle frente a la realidad”, de abordar cuestiones que nos ocasionan cierta inseguridad o que creemos que no podemos encarar, abordar o resolver.
Cumplir nuestras metas va a estar teñido de actividades que seguramente nos gustarán, así como de otras que no nos causarán ningún placer.
Pero es importante saber que tenemos que llevar a cabo ambos tipos de tareas ya que “el combo” es lo que permitirá que nos acerquemos a nuestras metas.
Citando un ejemplo, cuando decidimos hacer un curso de pastelería, encontraremos tareas en la cocina que nos encantará hacerlas, como por ejemplo, el relleno de la tarta de limón. Pero probablemente amasar nos resultará tedioso y tenemos claro que para que la tarta salga bien, es tan importante focalizarse en el relleno tanto como hacer la masa para la base. ¿Qué quiero decir, en definitiva, con este ejemplo? Que siempre encontraremos cosas que nos resultaran más difíciles, aburridas o engorrosas para hacer, en el camino que nos proponemos transitar.
¡¡Pero atenti!! Ya que llenarnos de excusas o colocarnos tareas que terminan siendo la causa de la postergación de lo verdaderamente importante, nos saca de foco y nos hace menos productivos.
Por lo tanto, ¿qué te sugiero que realices de ahora en más, para marcar una real diferencia con los años anteriores?
En primer lugar, es fundamental que generes un plan de acción.
Que diseñes y escribas: los objetivos que querés cumplir este año, las metas que te propones, el tiempo en el que calculas que podés lograrlo (hablamos de tiempo reales y no de utopías) y qué acciones necesitás llevar a cabo para alcanzarlas. Es importante que seas concreto y honesto. Si tu objetivo es terminar tu carrera universitaria este año y sabes que te quedan 15 materias para cursar y rendir, trabajando 8 horas diarias, es bastante improbable que puedas cumplir esta meta, al menos sin pagar el costo de que tu cuerpo lo padezca bastante y se termine enfermando. Quiero decir que los objetivos tienen que ser concretos y factibles de ser llevados a cabo en tiempo y forma.
En segunda instancia, señalo como importante que hagas foco, que no te diversifiques, que ordenes las actividades diferenciando siempre lo importante de lo urgente y que definas un tiempo determinado para abordar cada tarea. De esta manera estarás evitando la postergación, que a la larga solo genera la sensación de estar siempre en falta, ya que lo importante al final, nunca está resuelto.
Por último, destaco la diferencia entre trabajar muchas e incansables horas y ser productivo. A diferencia de lo que casi siempre hemos pensado y seguramente escuchamos acerca de que el que trabaja muchas horas logra realizar más cosas, considero que de lo que realmente se trata es de lograr que se puedan ejecutar más cosas, en el menor tiempo posible.
Es por este último punto que encuentro íntimamente relacionada la productividad con la focalización y la no postergación o procrastinación. Si logramos un buen punto de equilibrio entre estas tres variables, podremos probablemente finalizar el año haciendo un balance positivo en torno al logro de los objetivos que nos hemos planteado.
¡Hasta la próxima semana!
¡Un fuerte abrazo!
María Noel
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