Como comunicarnos efectivamente, cuando no solo importa el “porqué” sino también el “para que“.
Generalmente en nuestras conversaciones con los otros, en nuestro intento por comunicarnos con los demás solemos tomarnos un tiempo para pensar que queremos decir, como lo queremos decir y porque queremos decir lo que tenemos pensado transmitirle al otro. Pero es habitual que en ese proceso olvidemos registrar el para qué decimos lo que decimos.
Los seres humanos estamos atravesados por el lenguaje y por la cultura, somos seres lingüísticos y nos constituimos como in dividuos mediante el lenguaje. De la misma manera los objetos son constituidos en el lenguaje, siempre traen nuestra marca y dicen algo de nosotros: un plato es un plato para nosotros porque nosotros lo nombramos y definimos plato y no para la hormiga que camina sobre él.
Si sostenemos que el lenguaje, una de nuestras modalidades de comunicación (el cuerpo y el movimiento es otra), no es inocente, no es ingenuo, registramos que toda proposición, toda interpreta
ción puede abrir o cerrar determinadas posibilidades en la vida, puede habilitar o no determinados cursos de acción. Esto equivale a decir que el lenguaje genera, crea identidad, y lo que decimos genera acción, cambios, transformaciones.
Ni nosotros ni el otro con quien nos estamos comunicando será el mismo luego de nuestra conversación. No hay comunicación sin consecuencias y tomar conciencia sobre lo que decimos,
planteándonos que queremos que suceda, que queremos generar con lo que estamos transmitiendo nos permite responsabilizarnos en el proceso comunicacional y hacer de la nuestra, una comunicación efectiva.
¡Hasta la próxima!
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¡Muchas gracias!
Maria Noel
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