Seguramente en los últimos tiempos habrás estado escuchando sobre el término motivación en más de una ocasión y en diferentes ámbitos, ya sea laboral, deportivo e inclusive personal. Pero en definitiva, de que hablamos cuando hablamos de motivación; que es lo que queremos decir cuando hacemos referencia a este término?
Para empezar, seleccione una definición de todas las que encontré y es la siguiente:
“La motivación puede definirse como la dirección e intensidad del esfuerzo”
(Sage,1977)
- La dirección se refiere a si el individuo busca, se aproxima o se siente atraído por ciertas situaciones.
- La intensidad se refiere a la cantidad de empeño que una persona emplea en una situación determinada.
A su vez es importante tener en cuenta que este concepto incluye factores internos y externos. Cuando hablamos de motivación interna nos referimos a realizar una tarea con ausencia de esfuerzo externo, donde los factores personales, las metas, intereses y objetivos surgen de uno mismo. En cambio en la motivación externa se está movido a recibir una recompensa, premios, dinero, medallas, un ascenso.
Llegado a este punto me parece necesario mencionar la pirámide de Maslow que nos permite ordenar cuestiones de necesidad básica y a partir de ahí, los escalones que podemos ir subiendo cuando lo básico está cubierto.
Cuanto mayor sea la confianza y la seguridad que vamos obteniendo en el camino que recorremos, mayor es el deseo y la ambición de seguir creciendo y evolucionando siendo la motivación tanto interna, externa o una combinación de ambas. Y es justamente el equilibrio entre lo externo (premios, gratificaciones, recompensas) con lo interno (los propios deseos, metas, objetivos y ambiciones) lo que logra que un individuo se encuentre todo el tiempo en un estado de motivación y de incentivo.
Que hacemos entonces cuando nos sentimos desmotivados o sin ganas y desinterés en lo que estábamos llevando a cabo?
Aquí van mis sugerencias:
- En primer lugar considero importante poder tener una mirada global sobre el momento actual que estamos atravesando, donde nos encontramos parados y como llegamos hasta aquí. Revisar lo recorrido y lo logrado hasta el momento, suele ser un buen puntapié para determinar cómo queremos continuar y hacia donde queremos ir.
- Conversar con otras personas, tanto pares como superiores, pedirles un feedback, escuchar que perciben los otros de nuestra labor y de nuestro recorrido, nos brinda una perspectiva más objetiva sobre nuestros aciertos y errores, las fortalezas que poseemos y las debilidades o características negativas con las que tenemos que convivir. Muchas veces olvidamos o pasamos por alto cuestiones que en las conversaciones con los otros vuelven a nuestras mentes y nos orientan e incentivan para redireccionar el camino.
- Escribir sobre lo que sentimos, sobre lo que recordamos que en algún momento haya sido un plan o proyecto, probablemente generara que comiencen a fluir recuerdos, sensaciones, metas y/o cuestiones que tiempo atrás nos sirvieron como factores de incentivo.
- Conectarnos con el arte, ya sea la lectura, la música, el teatro, la danza la pintura o cualquier expresión que nos inspire y nos nutra. Los movimientos artísticos suelen ser fuente de creatividad y motivación ya que movilizan todo tipo de emociones.
Y ahora te toca a ti: que sentís que te motiva? Y que haces cuando te encontras desganado o con falta de interés?
No olvides dejarnos tus comentarios y opiniones! Serán bienvenidos!!
Muchas gracias!!
Lic. María Noel Lucano
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