Lo que no decimos con la palabra o lo que no manifestamos a través de diferentes modalidades de expresión, como por ejemplo, el arte, en todas sus formas, el deporte, el juego, el humor, termina mudándose al cuerpo, que somatiza, es decir, nos habla con otro lenguaje, el de las enfermedades.
Nos enfermamos de aquello que el cuerpo nos lo “permite” y es interesante poder aventurarnos a descifrar ese mensaje oculto que cada enfermedad tiene para decirnos.
Comparto con ustedes un texto sumamente interesante que llego a mis manos hace tiempo atrás, para reflexionar sobre el tema.
El resfrío “chorrea” cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta “tapona” cuando no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago “arde” cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes “invade” cuando la soledad duele.
El cuerpo “engorda” cuando la insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza “deprime” cuando las dudas aumentan.
El corazón se “afloja” cuando el sentido de la vida parece terminar.
La “alergia” aparece cuando el perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se “quiebran” cuando las defensas están amenazadas.
El pecho “aprieta” cuando el orgullo esclaviza.
La presión “sube” cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis “paralizan” cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre “calienta” cuando las defensas explotan las fronteras de la inmunidad.
Y tus dolores “callados”. ¿Cómo “hablan” en tu cuerpo?
¡Hasta la próxima!
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¡Muchas gracias!
Maria Noel